lunes, 12 de enero de 2009

POEMAS A HECELCHAKÁN


TU MI ESPÍRITU Y MI SANGRE, HECELCHAKÁN

Hecelchakán de siempre,
eres el templo del amor
en el corazón de la "Sabana del Descanso";
eres el alma de la paz y del hogar feliz
en la tierra en donde el polen de mi vida apareció.

Y por eso te canto,
y por eso te amo
con la fuerza de mis dulces anhelos,
con la dicha que me da tu ternura
de mujer de barro,
de mujer celeste
como Ixchel, la diosa de la luna,
que acuna mi vida, mi raza y mi eterno alabarte.

Tú representas el árbol de la vida en donde moran mis sueños, la ceiba gigantesca, el palacio verde
en donde el suspiro de mis días eternos
me dan el pan y el vino de la buena voluntad
y el balché de la paz y la alegría.

Eres la raíz del indio y el cántico moderno,
eres la sangre en donde laten el alma morena y blanca
de mis dos culturas:
Kukulcán y Don Quijote,
Jesucristo y Hunab Ku;
y el arte de hacer templos y escritura santa,
el uso del cero y la conquista de la luna,
porque en ti caben todos los tiempos.

Eres el altar
en donde el arca de la alianza y las ofrendas de jade y caracol se yerguen para darnos santidad,
porque somos tus hijos que por siempre te adoramos.

De Jaina, Xkaluumkín y carabelas
es tu espíritu;
de pétreas sartenejas y jícaras de vidrio, que son los dones
que proclamas como frutos de pureza.

Para ti entretejo guirnaldas de oraciones, parvadas de mis cánticos,
rosarios de arcoiris
y salmos de mi amor.

Para ti que has sido luz que me hizo voz, estandarte de esperanzas
y espada perfilada hacia el futuro.

No quiero que dejes de ser sangre de bejuco,
no quiero que olvides las ciudades de piedras esculpidas, no quiero que mueran tus hipiles y alpargatas;
porque son el fuego que da vida a mi memoria,
porque son el báculo que el cielo sostiene entre sus manos: símbolos de mi poder,
tinta de mis epopeyas
y crepúsculos de tu gloria, Hecelchakán.

Así te quiero hasta el final de lo que venga.
Con el hacha del amor y cibernético de ideas. Siempre luz,
siempre henequenal de paz, bondad y regocijo.

Así te quiero,
sagrado altar de mi perpetua gratitud ,
como columna del mundo
en medio de las cuatro direcciones de la tierra,
y en el infinito transcurrir de los solsticios y equinoccios.

Oh, espíritu y sangre de Juan Pérez y María Dzul Simá, con todas las voces de tus hijos que hoy te amamos te proclamo el templo de mis días
construido con el fuego de España y del Mayab,
con la paz del arcoiris, la dulzura de palomas
y el fulgor de los poemas.

Vive siempre en mi silvestre corazón
y en el suspiro de mi vida ,
dorado resplandor llamado Hecelchakán,
suprema luz de todos los que en nombre del amor te veneramos.

ORGULLOSAMENTE HECELCHAKÁN

Autora: Mizar Filadefia Hernández Hernández

Hecelchakán,
hoy me quejo suavemente,
como las golondrinas,
ante la inmensidad de tus raíces.

Porque tu nombre me refleja frescura,
como manantial en el desierto;
porque es tu belleza misterio en mi alma.

Tu pasado no tiembla en soledad.

Eres la eterna Sabana del Descanso
para mi alma sedentaria.

Naces diario a diario entre mis versos
de risueña adolescente.

Todo me gusta de ti,
tu sonrisa blanca en las mañanas de escuela,
tu mirada que es canción.

Reflejas en tus trabajadores
el sudor que del pecho mana
para forjarte un futuro mejor.

En ti se refugia el recuerdo
de aquellas almas visitantes
que fueron en tu suelo
peregrinas margaritas.

Eres eco, lluvia, melancólico aire,
tristeza y aliento:
eres vuelo de paloma.

No me canso de mirar tu cielo,
porque el sueño de mis noches
para ti los guardo.

Tu hierba se seca y mi flor se marchita,
pero en mi océano primaveral
naces otra vez a la esperanza infinita.

Ay, si la luna hablara
te dijera con aquellos rayos permanentes
que eres la muchacha tímida
que invita a estar entre sus brazos.

Eres altivo,
eres un sueño en mi fantasía
y tus calles son largas jornadas
por donde paso regalándote mi silencio.

En ti anidan miles de corazones
y prosperas en todo tiempo.

Hecelchakán,
acepta esta rosa
formada con pétalos de mis versos
que perfuman tu grandeza y tu belleza
en el firmamento de mi alma.

EL ROBLE

Halach Uinic de jade es el gran roble,
su trono es poderío de jaguares;
su emblema es el relámpago más noble,
su espíritu es el quetzal de los hogares.

Se yergue con portento de montaña,
le arranca a Xibalbá la flor sagrada;
con lluvia de arco iris él se baña
y ofrenda con amor su luz dorada.

Supremo gobernante de cometas,
el cosmos tú reflejas poderoso
con letras de coral y de poetas.

Al cielo le regalas las turquesas,
al Dios de Xibalbá gran alborozo
y a todos con amor y paz nos besas.

SUPREMO HUNAB KU

Sagrado corazón del cielo puro,
antorcha de relámpagos solares;
incienso, inspiración, amor seguro,
espíritu de todos los hogares.

Poema y oración cuando amanece,
color del esplendor de primavera;
el pueblo de los dioses te obedece
y llegas al final de nuestra espera.

De nuevo el poderío se entroniza
y el cielo se ilumina de grandeza
del sol hasta el poder de la sonrisa.

Supremo Hunab Ku de furia noble
mi espíritu de jade a ti te besa
con luz de colibrí y de verde roble.

Poemas y fotografía con Derechos Reservados.

No hay comentarios: